Ya estamos en octubre, y casi sin darme cuenta. Qué pena dejar de ser conscientes de los días que se cuelan sin querer, parece que no he vivido nada. Llevo casi 10 días corrigiendo, dos novelas, dale que te pego, parece que voy a volverme loca... casi 800 páginas leídas, sin exagerar, y no doy para mucho más (tenéis que contar con las 40 horas semanales que dedico a ganar el pan...). Es gracioso la condición en la que me he visto sumisa, correctora en lugar de coordinadora, aunque por lo menos dentro del proceso; pero catalogada como nada, pagada como nada y en consideración de nada; eso sí, somos los de los favores, porque el traductor que se cuelgue si quiere, no hay problema, el corrector (el pringado de turno) nos sacará del apuro. Y aquí estoy yo señores, tras una maratoniana semana de la que salgo con los nervios de punta y la sensación de haber dejado tras de mí la oportunidad de vivir un poquito.
Así que... soy correctora, y lo de la coordinación a lo mejor me lo pido para Reyes este año. Y si me cae la gorda igual me paso por Frankfurt la semana que viene.
Carai con este octubre, ¡y mira que ni noté que ya había llegado! Pero sí, ya está aquí, y va fuerte.
Lo de las ferias es un mundo la mar de curioso; curioso y desconocido, al menos para mí. El otro día tuve la oportunidad de estrenarme en Liber, gran hazaña. Jamoncitos riquísimos, y vinitos y unos tacos de queso espectaculares. Mucha parafarnalia, eso es lo que vi, y mucha industria. Magnates editores para todos los gustos, y libros y más libros, contactos y muchas sonrisas de cartón. Y mi interés desesperado por formar parte de todo ello desde fuera, desde el amor por las letras y la literatura, por las causas perdidas. Y por eso mismo y por mi cara bonita desde Liber transbordo directo a Frankfurt, gracias a uno de esos contactos que asquerosamente dirigen el departamento de RRHH de cualquier editorial "interesante". Sería increíble pasearme por allí con mi cara bonita y catalana, ¡ja! Ojalá todo fuera eso... pero todos son peces gordos, y ya se dice que quien más tiene menos da, y su pecera es su pecera y de nadie más, y si no eres de los gordos, nada de sardinitas, a la pecera de otro. Así que la semana que viene, si una pececita gorda decide quedarse en casa, una servidora tendrá la oportunidad de bucear con los grandes y repartir botifarres a tó quisqui mientras pongo mi mejor de las sonrisas... y me jarto a vinito de mi tierra... ¡¡¡mmm!!!
jueves, 4 de octubre de 2007
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2 comentarios:
Me hace mucha gracia lo de Liber, porque ahora mismo estoy bregando con un par de editoriales morosas que no me quieren pagar, y todas me ponen como excusa que ¡están en Barcelona ocupados con la feria! Por Dios, cómo van a sacar tiempo para pagarme.
En fin, en el fondo me gustaría estar allí para ver qué se cuece. Te mando muchos ánimos y un cálido abrazo. Bienvenida al último de los últimos eslabones de la cadena editorial. Aunque nos quejemos, nos gusta mucho nuestro trabajo (en el fondo). ¿A que sí?
Tienes toda la razón del mundo, en realidad me encanta leer y releer y saber que en ese libro aparecerá de alguna manera mi aportación, aunque sea en silencio... Lo que pasa es que a veces de verdad que alucino con la poca consideración en que nos tienen cuando me pasan traducciones infames e ileíbles como la última. ¡Tendrías que haberla visto!
Respecto a Liber, a mí me hizo en realidad mucha ilusión poder aparecer por la inauguración (el resto de días, sin acreditación, son 20€...). Pero estar allí me rafirmó lo cerrado que es este mundo y lo pedantes que pueden llegar a ser. Aun así fue muy interesante ver todos los estands y editoriales, los catálogos, la gente... El estand de Taschen tenía un mural increíble. Y el de Planeta, claro, iluminadísimo junto con el resto de los grandes.
¡Me ha echo mucha ilusión tu comentario, es el primero que recibo en el blog! Poc a poc, como dicen por aquí.
Un fuerte abrazo,
elita.
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