lunes, 3 de septiembre de 2007

Vuelta y vuelta

«¡Oh qué maravilla!
¡Cuántas criaturas bellas hay aquí!
¡Cuán bella es la humanidad!
¡Oh mundo feliz,
en el que vive gente así!»

Porque no tiene fin, y manda huevos. Yo porque de vacaciones nada, a excepción del maravilloso puente del 15 de agosto y de los fines de semana que me he pasado divagando, pero ¡horror el ponerse en la piel de aquellos que habían olvidado lo que implicaba levantarse pronto! Los optimistas pensando en lo renovados que han vuelto tras el adorado agosto, y la mayoría, los pesimistas o según se mire los realistas, desesperados pensando en el siguiente puente, en los días en que cae, en el deseo de escapar... quizás hable por mí misma. Metida en el coche dirección Barcelona, Catalunya Ràdio, carreteras que empiezan a ser objetivo de grandes retenciones y, cómo no, Renfes y movidas, atascos humanos en el Clot, sardinas desesperadas ¿en busca de qué?, ¿de una salida hacia el trabajo? ¡¡Eso sí que es vida señores, la gran vuelta al cole!!


Como máquinas, porque ese agosto no es más que un cutre "stand-by" para hacernos creer que todavía existe un sentido en nuestro día a día, para hacernos creer que todavía llevamos las riendas de nuestra senda... benditos los pocos Bernard Marx, o los que quedan.
Y ¿qué hacer? Opciones, muchas; posibilidades, pocas. Cada cual a su manera, pero ser más inteligente que el que cree que es el más inteligente es lo más inteligente y lo que por mi parte intento cada día. Huir de ello, volar y crear los propios rincones en los que esconderse; el mío próximo, Londres, Frankfurt o Budapest (bendita Iberia cuando se trata de sus puntos), ida y vuelta, como decía mi profesora de literatura sobre la regla de las 3 C: corto conciso y correcto. Suficiente para respirar de verdad y para recordar que existen todavía razones por las que levantarse a las 7. Y es que manda huevos tener que ir cada día con ojos de zombi, tener que tomarse cada día un café (o dos o tres, según la víspera) para ser persona (en mi caso una coca cola, manda más huevos), tener que sonreír cada día al que te da de comer, literalmente.

Me lo estoy planteando...

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