“En el siglo XIX no siempre se admitió que el gran público sólo desea diversión”.
Por fin en mis manos el tan esperado "Manual del editor" de Pimentel en su propia Berenice. Recién salido del horno, ya era hora. Me pregunto por qué tan poco interés en academizar la profesión de los editores; o más concretamente, en ponerlo al alcance de nuestras manos, las de los mortales de a pie. Quien tenga una burrada de pasta, o quien haya sido tan eficiente para conseguir ahorrar esos 5.500 € (y que me lo cuente...), no tendrá problemas en entrar en el desconocido mundo de los que editan o, vulgarmente, sacan libros. Me resisto a pensar que estarán metiéndolo todo en el mismo saco, que tal un libro un aspirante a editor... aunque viendo la mentalidad de la mayoría de editores, que nos embaucan y nos hacen creer que lo que hacen es literatura, pues no me extrañaría. Desmotiva ver catálogos deplorables, patéticos e incluso me atrevería a decir ridículos. Recomiendo fervientemente otro manual, el de André Schiffrin (el hijo) "La edición sin editores". Grandes editoriales como Penguin Books o la New American Library aún tenían por política publicar “buenos libros para mucha gente”. Pero hoy en día, en que prevalece el placer rápido, al momento y efímero, la literatura de kiosko ha ganado terreno a la literatura que esconde un placer inusitado entre sus páginas, a la que pesa en un primer momento pero que es para siempre.
Quedan pocos que vivan de y por la literatura, en Toulouse existe todavía un pequeño rincón de los sueños. La editorial Délit que en poco tiempo dará a luz sus tres primeros libros a la par de la revista de poesía Dixit, me ayudan a creer todavía en el poder de la palabra, en el efecto reconfortante que tienen las páginas y páginas en las que me sumerjo y que me ayudan a volar a otra parte sin moverme de ningún sitio. En poco tiempo, si todo va bien, empezarán a distribuir en Barcelona y nos permitirán deleitarnos de pura literatura, desnuda, sencilla.
Seguiremos informando.
1 comentario:
Es cierto que no existe una formación académica específica para editores, aparte de los carísimos masters que, por otro lado, ni siquiera son oficiales.
En Argentina sí que hay una titulación oficial, y en Alemania puedes cursar Medien y especializarte en Medien en editoriales. Pero aquí nada de nada. Eso sí, todo muy profesional, ¿verdad?
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